Interracial banda del patio, objeto de mofa, burla y escarnio |
Harta olvidada tenía yo esta cochiquera, este reducto de maldad y de estupidez folletinesca, pero eso se terminó. Mariano y su gesto torcido me han dado fuerzas para seguir adelante.
Cuentan nuestros "mayores", esos de la generación de los 70, principios de los 80, que por aquel entonces la fiesta era sólo una y no más, donde el pachangueo y el bar perroflauta conformaban un único y gigantesco Pangea de sensaciones. Salir de fiesta era sinónimo, fueras donde fueras, de exponerte a un navajazo en el coxis, a una multitudinaria pelea por un "me has mirado mal", o, como bien dice general cobarde, a dejar tu DNI a un gitano a cambio de medio mocho fiado. Eso, dicen, era la fiesta. Pero hoy, todo ello ha ido derivando una serie de innumerables ambientes semi-festivos, un abánico de sensaciones ad mairem sadness gloriam. Como hechos para La ruleta de la suerte. Hoy, la fieshta Erasmus.
A mayores, se trata de una fiesta de jóvenes efebos, miembros y miembras, que se conocen aproximadamente de una media hora, o ni eso, en el mejor de los casos. No verás aquí a gitanos, kinkis, rapados, sociópatas, ni verás coches tunning ni esa mierda; por no haber, no habrá ni riesgo de navajazo. La universidad junta para la ocasión a lo mejor de cada casa.
Las mejores se perpetran en pisos compartidos de dimensión variable, según la nacionalidad o índice de higiene personal del anfitrión, que armándose de valor puede llegar a reunir, mediante trabajada publicidad a unas 143 personas en el mismo salón. Y pide lo que quieras, siempre sobra y todo es nuevo: porros, caipirinhas, y ambiente guay for the masas, espolvoreado todo con un par de palanganas de buen vodka Hacendado, porque saben dónde está la calidad.
Y lo mejor, hamijo loser, sécate esos aviesos ojillos y alegra esa cara, porque es super fácil pillar cacho. Borrachera y ganas de longaniza se funden en un egregio cóctel; y aunque tengan novios da igual, porque están a 1000 kms de ellos.
Así que ve, aparta a un lado tus Risketos, y pasa con fruición las uñas por el brazo lechoso de alguna mujer natural de Exeter, ¿qué es lo peor que puede pasar? Como mucho, que pases la noche gritando desde la ventana el nombre de la Emperatriz Infantil para salvar al páis de Fantasía, que los vecinos llamen a la policia y le quemen el buzón al anfitrión, y que así llegues a la dolorosa conclusión de que eres demasiado bello para este mundo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario