Palitos de muerte y de LOL

De un tiempo a esta parte vengo observando divertido como algunos de los fumadores de mi entorno cercano (y lejano) se soliviantan a la vez que piden clemencia y comprensión por las leyes que limitan sobremanera el nivel de nicotina de su organismo y permiten también que los demás tengamos libertad para aspirar algo más de aire sin enmierdar.

Los veo y los oigo maldiciendo el sistema, ese maldito sistema que limita su libertad para morir prematuramente. "Si me quiero morir, me moriré cuando quiera yo!!", dicen. Veo y oigo a los críos de 14 años hablar de esta mierda de democracia que no les permite gastar la paga de mamá en fumarse sus canutillos, al tiempo que blanden el cigarrillo con dos dedos para demostrar que son entes independientes y capaces de enfrentarse a la vida real. Da para muchos loles verles maldiciendo a esta sociedad opresora que no les permite furmar en la hora de biología a la que no les apetece ir, porque la sociedad tampoco les educa, ni les da trabajo, y la vida es una mierda y blaos varios. Cago en la leche.

Simplemente me gustaría que alguien me explicara qué efectos positivos tiene el tabaco para compensar un pestazo a obra perpetuo en tu vida, dientes amarillos, halitosis, cáncer, flemas, fatiga física y sacrificios económicos prolongados en el tiempo, tiempo que será más o menos breve según la proporción de palitos de muerte que aspires con fruición.

¿Es quizá por aquello de que relaja tu metabolismo y tu persona por saciarte una adicción a la nicotina que antes no tenía?

Lo que sin duda más me repatea es ir por la calle respirando el escaso oxígeno que libera el putrefacto ecosistema de CO2 y tubos de escape, y que de la nada salga una cuarentona con trazas de Mercedes Milá para hacerme probar el vapor revenido de sus entrañas.

Yo quiero que mi ropa huela a Mimosín y que mis pulmones sigan siendo rositas como en Érase una vez el cuerpo humano. Y mira, para algo bueno que hace la Pajín, no seré yo el encargado de no atribuirle el mérito.